Prevención y gerenciamiento de daños mecánicos en conductos

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Gracias al emprendimiento llevado a cabo por Shell Development en el año 1961 se demostró la posibilidad de enviar un pig equipado electrónicamente para  atravesar un conducto, que pudiera medir y registrar datos del espesor de la cañería utilizando la técnica de pérdida de flujo magnético. Este desarrollo, comercializado tres años más tarde, fue el paso inicial de la técnica más práctica para la detección y reparación temprana de defectos que potencialmente podrían ocasionar derrames.  Desde ese momento la mayor amenaza en materia integridad de ductos radicaba en la acción de la corrosión y hasta ese entonces no se contaban con elementos que permitan anticiparse al crecimiento de defectos afectados por este fenómeno.

            A principios de la década del 90’ YPF comenzó a contar con estas herramientas o scrappers, las cuales ya presentaban un mayor grado de desarrollo. A partir de ese momento la evolución del Plan de Gerenciamiento de Integridad (PGI) hizo que hoy en día los problemas por corrosión sean relativamente fáciles de controlar.

De la misma manera, el perfeccionamiento tecnológico de las herramientas de inspección interna (ILI) es lo que en el presente nos permite detectar otras amenazas tales como los daños mecánicos. De qué hablamos cuando mencionamos este tipo de defectos, como evitarlos y cómo evaluarlos una vez que se detectaron hasta su reparación es el nuevo desafío planteado en la actualidad.

            En el presente trabajo se describe las acciones de prevención de daños por terceros y la evaluación y gerenciamiento de estos defectos los cuales afectan sin duda tanto la seguridad de la operación de las líneas de la compañía como la seguridad de terceros y el medioambiente.